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En esta ocasión os vamos a hablar de una de las recetas más tradicionales de la cocina española, y especialmente, la asturiana. Nos referimos nada menos que a la famosa fabada asturiana, una receta que a priori puede parecer compleja de hacer. Sin embargo, lo cierto es que su preparación es muy sencilla y aquí os enseñaremos cómo lograr una fabada deliciosa. Lo importante es tener paciencia, tiempo y contar con buenos ingredientes para su realización. Es una receta a base de fabes, que es un tipo de judía o poroto de color blanco, suave, típico de la región de Asturias. Es de público conocimiento que la gastronomía asturiana posee una gran tradición y con ella increíbles platos y recetas. Es que esta región del Principado de Asturias está cerca, por un lado, del mar Cantábrico y por otro, de la cordillera Cantábrica, lo que significa que ofrece una variedad y calidad importante de pescados, mariscos, carnes y lácteos, entre otros alimentos.
El otoño ha llegado y con él se avecinan días más frescos, por eso, os recomendamos probar esta deliciosa preparación, siguiendo el paso a paso de su receta original, con sus secretos y consejos que harán de esta fabada asturiana un plato perfecto para compartir en familia y amigos.
El primer paso es el que más tiempo llevará, aunque también el más fácil. Se trata de dejar en remojo nuestras fabes. Se debe colocar agua y medio kilo de fabes en una olla u otro recipiente grande, y dejar toda la noche en remojo, al menos unas 12 horas.
Ya que se utilizará panceta o lacón, procurar desalar en caso de ser necesario, según el producto elegido.
Una vez pasada toda la noche en remojo, se deben enjuagar las fabes para asegurarnos que no quede ningún residuo entre los granos. Una vez realizado este paso, podremos comenzar la preparación de la fabada.
Preparar los ingredientes para la cocción. Primero, debemos pelar los dientes de ajo y la cebolla, y luego en una olla o cacerola con aceite de oliva, agregar la cebolla, dientes de ajo y las fabes junto a una hoja de laurel.
A nuestra olla o recipiente, le agregaremos agua hasta tapar los ingredientes en ella, por al menos un par de dedos. Ahora sí, pondremos la olla a calentar hasta que la preparación rompa en hervor. Una vez hierva, debemos añadir un chorro de agua fría, que hará que la fabada retome su cocción normal. Debemos repetir este paso de agregar agua fría una vez que la preparación rompa en hervor unas 3 veces.
Una vez repetido el paso anterior por tercera vez, debemos agregar las carnes a nuestra preparación. Dejar cocinar en fuego medio a bajo por unas 3 horas. Es importante controlar que nuestra fabada no se quede sin agua, en caso de ser así, se debe rehidratar con un poco de agua.
Pasado el tiempo de cocción, sugerimos probar las fabes y corregir con sal en caso de ser necesario, y revolver bien.
Con nuestra preparación ya lista, se puede proceder a servir en platos hondos. Sin embargo, hay quienes prefieren dejar la preparación reposar unas 12 a 24 horas más, ya que hará que nuestra receta sume en sabor y haga nuestro plato un poco más espeso.
El compango asturiano utilizado, es decir, los chorizos y morcillas, largan bastante grasa durante la cocción. En este caso, quedará a gusto de cada uno si prefiere un plato más calórico, y con un sabor más fuerte, o uno más liviano, pero sin la profundidad de sabor que las carnes dan a la mezcla. Es que muchas personas prefieren cocinar las carnes aparte, como también están aquellas que no retiran en absoluto la grasa. Sugerimos cocinar las carnes junto al resto de los ingredientes, pero ir retirando la grasa que suelta el compango con una cuchara.
Si os gusta el pimentón, un buen secreto es agregar a nuestra mezcla un par de cucharadas, o en su defecto, añadir un pimiento rojo sin semillas y trozado en cubos. Lo mismo con el azafrán: agregar unas cuantas hebras dará un sabor delicioso a la preparación.
Utilizar fabes asturianas originarias marcará la diferencia en nuestro plato. Por eso, aconsejamos preparar este plato típico con los ingredientes originales de la región, y de la mejor calidad posible.
La repetición de agregar agua fría a la preparación, lo que se conoce típicamente como “asustar” a nuestras fabes, es fundamental ya que cortará la cocción y hará que las fabes no se rompan.
Si bien es cierto que la versión original de la fabada asturiana es con los dientes de ajo y la cebolla entera, sin cortar, también se puede hacer una versión con estos ingredientes trozados o picados, que se integrarán perfectamente a nuestra mezcla.
Si optamos por no dejar reposar un día más nuestra preparación, es muy importante que se deje al menos unos 30 minutos a una hora de reposo antes de servir la fabada. Vale decir que, mientras más tiempo dejemos en reposo, más sabor obtendremos en nuestro plato.
Si nuestra salsa ha quedado demasiado clara y líquida, se pueden machacar unas fabes e incorporar a la mezcla. Una vez realizado esto, debemos darles un hervor más, ya que esto dará textura, color y más sabor a la receta.
Debemos procurar no pasarnos de sal en nuestra receta, ya que las carnes ahumadas agregadas, es decir, el compango, le proporcionarán mucha sal. Por eso, antes de servir debemos probar y corregir en caso de ser necesario. Si creemos que está muy salada, podemos agregar un poco más de líquido a la preparación.
Empanada de atún
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