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Picar la cebolla en trozos muy pequeños. Puede utilizarse la picadora para hacerlo más rápido y los trozos quedarán del tamaño que se necesita. Es importante tener en cuenta que la textura de la cebolla no debe sentirse al comer las croquetas. Y luego, picar o cortar el jamón, en el tamaño que deseemos que se sienta al comer las croquetas.
En una sartén grande, colocar una cucharada de mantequilla y dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Una vez la mantequilla esté derretida y el aceite muy caliente, agregar la cebolla picada, y saltear a fuego muy bajo. A continuación, añadir el jamón serrano y dejar rehogar por un minuto o dos hasta que se integren bien todos los ingredientes.
En este paso, debemos añadir la harina para tostarla un poco. Se debe continuar con el fuego bien bajo y mezclar sin parar para que ésta no se queme. Luego, agregar de a poco la leche, sin dejar de remover.
A continuación, mezclar nuestro caldo de carne o cocido con la maicena preparada en el paso previo, una vez que esté bien disuelta. Sin dejar de remover la mezcla, añadir una pizca de nuez moscada y sal a gusto, pero con mucho cuidado, ya que el jamón es de por sí salado, así que no conviene excederse con este condimento.
Una vez que todos los ingredientes estén bien integrados y listos, pasar la mezcla a una fuente o bol grande y dejar reposar hasta que se enfríe.
Una vez tenemos la masa fría en la fuente, es momento de cubrirla con papel film y llevar a la nevera por unas 24 horas aproximadamente, antes de comenzar con el proceso de rebozado y cocción de las croquetas. Pasadas las 24 horas, la masa estará lista para moldear y preparar las croquetas. Al haber reposado la masa por varias horas, quedará con una buena consistencia y perfecta para hacer el rebozado.
En un bol aparte, batir dos huevos, y en un plato liso se debe añadir abundante pan rallado.
Comenzar a dar forma a las croquetas, que pueden ser en forma de bolas o más alargadas, y se pasar, una por una, en primer lugar por el pan rallado, luego por el huevo y, una vez que queden bien escurridas, pasar nuevamente por el pan rallado.
Con las croquetas ya rebozadas, es momento de proceder a su cocción. Para ello, es necesario calentar aceite suave para freír en una sartén honda. Cuando el aceite esté bien caliente, introducir las croquetas y procurar bañar de aceite la parte superior de las mismas, para evitar que se abran y el relleno se salga.
Una vez las croquetas estén bien doradas, es hora de retirarlas y dejarlas en un plato o fuente con papel absorbente, y de esta forma, se quitará el exceso de aceite que pueden tener. Y ahora sí, estarán listas para servir y comer!
Para lograr obtener unas croquetas de jamón deliciosas, es importante tener en cuenta algunos trucos a la hora de seguir el paso a paso, que no solamente le sumarán sabor, sino también una textura perfecta. Para ello, es fundamental el agregado del caldo de carne o cocido en la mezcla, ya que no solamente va a potenciar el sabor del jamón, sino que también ayudará a que se obtenga una textura final mucho más cremosa. Incluso, hay quienes optan por añadir directamente a la leche un hueso de jamón, el cual debe ser cocido previamente a fuego bien bajo.
Otro truco que es el favorito por muchos, es el de agregar 1 ó 2 huevos duros rallados directamente sobre la masa, que también aportan mucho sabor y textura. Otra opción es agregar un poco de queso rallado, aunque se recomienda que sea algún queso suave, ya que de lo contrario, podrá alterar mucho su sabor e incluso añadir mucha sal a la preparación.
Como habéis visto, hacer unas buenas croquetas de jamón es muy sencillo, y podéis obtener un resultado asombroso siguiendo el paso a paso y los tips que os hemos dado. Pero claro, si el jamón no es de vuestros ingredientes favoritos o preferís una opción más sana, podéis hacer unas increíbles croquetas vegetarianas que ya os hemos presentado en otra ocasión.
Tortilla de bacalao
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