Sangría

Para empezar esta receta, se deben cortar las naranjas y las manzanas. Podéis cortarlas como prefieras, aunque sugerimos cortar las naranjas en rodajas grandes y la manzana en cubos.

En un recipiente aparte, preparar una mezcla añadiendo el vino, el jugo de naranja natural, la rama de canela, el cuarto de taza de azúcar y el jugo de un limón. Revolver bien todos los ingredientes.

Agregar y mezclar la fruta cortada previamente a nuestra mezcla.

Dejar reposar toda la mezcla y servir en un vaso con hielo a gusto.

Variantes

Por supuesto que al tratarse de una clásica bebida han surgido infinidad de variantes. Es que muchos prefieren agregar un poco de agua gasificada al preparado original, y en muchos casos, para darle un sabor aún más dulce, se opta por añadir una gaseosa de naranja.

Con el fin de lograr un sabor más intenso, hay quienes agregan un poco de brandy o ron. Y claro que se pueden sumar otros ingredientes, especialmente otro tipo de frutas, como por ejemplo, melocotón o uva, y reemplazar o mezclar el jugo de limón con el de lima.

Variante con vino blanco

Si sois de aquellos que prefieren el vino blanco o rosado en lugar del vino tinto, también podéis preparar una deliciosa sangría. En este caso, se sugiere utilizar un vino blanco seco, no tan dulce, ya que luego de mezclar todos los ingredientes la sangría puede quedar empalagosa a la boca. Para esta variante, se puede optar por agregar a nuestras naranjas, algunas uvas o melocotón. También un poco de agua mineral, gasificada si lo prefieres, y un poco de jugo de lima.

Opción no alcohólica

Claro que también es posible realizar una versión de sangría sin alcohol. Aunque, en este caso, quizás el nombre de “sangría” no calce perfectamente. Sin embargo, se obtendrá una bebida muy refrescante, a base de vino sin alcohol u otro jugo de uvas, mezclado con frutas diversas, la que más os guste, cortadas en rodajas y cubos, y servida en un vaso con mucho hielo.

Consejos para hacer la sangría perfecta

Para lograr una sangría perfecta, lo primero es contar con un buen vino para la preparación. No es necesario tener un vino caro, que sea una gran reserva, pero tampoco optar por el uso de aquellos muy baratos y de baja calidad, como muchos tetra-brick. Actualmente, es posible encontrar una gran variedad de vinos de buena calidad y a precios razonables. Por eso, sugerimos aprovechar este abanico de posibilidades y elegir un buen vino, sin que vacíe nuestros bolsillos.

En cuanto a la fruta que se usará, será mejor utilizar fruta dura, como la manzana, el melocotón, uvas, etc. En cambio, no se sugiere recurrir a la fruta de lata que viene al almíbar.

Es muy importante dejar reposar y macerar nuestra sangría. Por eso, sugerimos dejar por un mínimo de 2 horas, para que nuestro vino tome el sabor de la fruta.

Si bien la cantidad de azúcar puede ser a gusto, vale decir que no es recomendado pasarse de dulce ya que la fruta que utilizaremos proporcionará más dulzor por sus azúcares naturales.

El hielo se debe colocar al momento de servirla y no previamente. Si colocamos mucho hielo antes de servir la sangría, se derretirá y aguará nuestra bebida. Por eso, en nuestro recipiente sólo debemos tener la sangría con nuestra fruta, y al final antes de servir, añadir el hielo.

Si os ha gustado esta receta, no podéis perderos nuestra guía de cócteles con cerveza, donde se puede encontrar una variedad de preparaciones y sus variantes para probar en casa y compartir con amigos.