Con los primeros calores de fines de primavera, nada más tentador que alimentos refrescantes, bebidas frías y los deliciosos sabores de las coloridas frutas de temporada. Si combinamos todo esto, imposible no pensar en opciones como las aguas saborizadas y, principalmente, en los grandes protagonistas de los días calurosos: los helados y los polos. Estos últimos pueden prepararse con casi cualquier ingrediente, de hielo o cremosos con el agregado de nata, leche, yogur e incluso queso, y con ingredientes más sanos o más golosos, al gusto. Hoy te traemos 10 recetas de polos que podrás preparar en casa con tus ingredientes preferidos: rápidos, sanos y deliciosos.
Polos de limón
Cuando pensamos en frutas refrescantes, el limón suele encabezar la lista. Además de quitar la sed, su contenido de antioxidantes y vitamina C lo hace un gran aliado para el cuerpo y la piel en el verano. Los polos de limón se pueden preparar en la versión de hielo o en la versión más golosa con leche condensada. Para la opción de hielo, calienta en un cazo 200 g de agua con 200 g de azúcar hasta que esta se disuelva, vierte la preparación en una jarra, dejar enfriar y luego añade 200 g de zumo de limón y la ralladura de 1 limón. Coloca la mezcla en moldes para polos y lleva al congelador durante aproximadamente 4 horas. Para la versión con leche condensada, en lugar de agua y azúcar deberás utilizar leche condensada (400 ml), leche entera (300 g) y zumo de limón (70 ml), mezclar los ingredientes en frío en ese orden y batir con varillas. Coloca en los moldes y deja enfriar unas 5 horas.
Polos de naranja y cereza
Para seguir aprovechando las propiedades de los cítricos, esta es otra opción de polos de hielo muy refrescante, con poquísimas calorías y muy atractiva a la vista cuando se dejan las cerezas en trozos. Prepararlos es superfácil: exprime el zumo de 4 naranjas y, junto con la pulpa, coloca en un cazo con 100 ml de agua, 30 ml de azúcar y unas hojas de menta. Una vez que la mezcla comience a hervir y el azúcar se haya disuelto, retira del fuego y quita las hojas de menta. Lava 150 g de cerezas, quítales los huesos, córtalas en trozos y agrégalas a la mezcla anterior. Coloca en los moldes y lleva al congelador aproximadamente 4 horas.
Polos de yogur griego y frambuesas
El yogur y los frutos del bosque son una combinación exquisita. Para preparar estos polos, mezcla suavemente las frambuesas (200 g) con azúcar, dejando que los frutos se rompan un poco. Bate con varillas el yogur y agrega 2 ml de zumo de limón y 30 ml de azúcar o miel. Luego agrega las frambuesas, coloca en los moldes y lleva al congelador unas 5 horas.
Polos de plátano con chocolate
El plátano y el chocolate forma una pareja de sabor perfecta. Para preparar estos polos, tienes dos opciones: la primera es cortar el plátano en mitades o en cuatro partes, bañarlas en chocolate, pincharlas en un palito y congelarlas directamente. La otra opción es licuar el plátano con una parte de leche, colocar en moldes, congelar durante unas horas, luego bañar los polos en chocolate y volver a congelar. Si lo prefieres, también puedes utilizar pepitas de chocolate en la mezcla en lugar del baño de chocolate.
Polos de aguacate y chocolate
Para preparar estos originales polos, mezcla 100 g de leche condensada con 200 ml de agua. Tritura 600 g de aguacates con la mezcla anterior hasta que la textura resulte cremosa. Coloca en los moldes y lleva al congelador. Una vez congelados, derrite 150 g de chocolate, añade 2 cucharadas de aceite de girasol, sumerge una parte de los polos en el chocolate y deja enfriar. La cremosidad de estos polos es irresistible.
Polos de té negro
Si eres amante del té frío, esta receta es para ti y no podría ser más sencilla. Prepara el té negro (aproximadamente 3 bolsitas o 3 cucharadas si se trata de té en hebras) en 500 ml de agua, con azúcar al gusto. Coloca en los moldes y deja congelar. Puedes probar con tus tés favoritos, agregando además alguna hierba aromática o especia al gusto.
Polos de mojito
Otra opción de bebida convertida en polo: puedes preparar tanto la versión con alcohol como la sin alcohol, ambas ideales para un aperitivo de una tarde calurosa. Para preparar estos polos, coloca en un cazo 70 ml de agua con 70 g de azúcar y deja hervir unos minutos hasta formar un almíbar. Quita del fuego, añade 3 ramitas de hierbabuena y deja infusionar hasta que la mezcla se enfríe. Exprime 130 ml de zumo de lima y mezcla con 50 ml de refresco de lima, 25 ml de ron blanco (si quieres la versión con alcohol, si no, puedes quitar este ingrediente). Añade esta mezcla al almíbar, de la que habrás quitado antes las ramas de hierbabuena, y coloca en los moldes, agregando unas rodajas de lima. Lleva al congelador unas 6 horas.
Polos de fresa y nata
Estos deliciosos y cremosos polos llevan poquísimos ingredientes y son un manjar para grandes y chicos. Tritura 300 g de fresas y reserva. Aparte, bate 1 yogur tipo griego y añade el puré de fresas. Reserva. Monta 250 g de nata con 75 g de azúcar. Incorpora a la nata montada la mezcla de yogur con fresas suavemente, con movimientos envolventes, para que la nata no se baje. Coloca en los moldes de polos y lleva al congelador unas 7 horas.
Polos de queso y frutos del bosque
La textura y la combinación de sabores de estos polos es, en verdad, irresistible, además de ser una receta saludable y superrápida. Pon en el vaso de la licuadora 300 g de queso batido semidesnatado con 300 g de frutos del bosque congelados y 3 o 4 dátiles. Licúa hasta triturar todos los ingredientes y divide la mezcla en los moldes. Una vez que se hayan congelado los polos, puedes hacerles una cobertura de chocolate siguiendo los pasos que ya te contamos en la receta de los polos de aguacate con chocolate, o bien o comerlos tal cual. Una delicia en cualquiera de las dos versiones.
Bombón helado de café
Para terminar nuestra lista, no podía faltar una opción golosa con café. Para preparar esta receta original, deberás montar 400 ml de nata. En un recipiente aparte, mezcla 2 cucharadas de café instantáneo con 2 cucharadas de agua y añádele 1 lata de leche condensada. Mezcla bien e incorpora la nata montada de a poco, con movimientos envolventes para que no se baje. Divide la mezcla en moldes (también puedes utilizar vasitos de licor, que le darán una forma redondeada) y lleva al congelador. Puedes incluir en la mezcla unos tallos de regaliz para darle un toque original y volver a llevar al congelador unas 6 horas en total.