En el bullicioso, y cada vez más gastronómico, distrito limeño de Surquillo, se esconde un espacio íntimo y provocador que está cambiando la forma en que se vive la cocina marina en el Perú. Se trata de Piedra, el restaurante del chef Sebastián Vega: una propuesta radicalmente personal que apuesta por la libertad creativa, los mejores productos del mar y una visión culinaria sin ataduras.
Con solo cinco mesas y un menú que cambia todos los días, Piedra invita a los comensales a dejarse llevar. Sin carta, sin expectativas preestablecidas: solo la confianza en la sensibilidad de un chef que ha recorrido grandes cocinas del mundo y vuelve a Lima para contar su propia historia.

Sebastián Vega representa a una nueva generación de cocineros peruanos: formados, inquietos y profundamente conectados con el producto. Egresado del prestigioso Instituto Paul Bocuse en Francia, su camino profesional lo ha llevado por reconocidas cocinas limeñas como Astrid & Gastón, Osaka, Maras y Amoramar, además de escenarios internacionales de alto nivel.
En Barcelona trabajó en Lasarte, el tres estrellas Michelin del chef Martín Berasategui, y más adelante, en Nueva York, formó parte del equipo de Baby Brasa. Luego de esa experiencia, decidió volver al Perú para dar vida a Piedra, un proyecto íntimo que refleja su recorrido, pero que sobre todo expresa su deseo de hacer una cocina libre, sin etiquetas.

Tornillos en salsa de chupe con mariscos al wok
En Piedra, la propuesta va más allá de lo gastronómico: es también narrativa. Aquí no hay menú fijo, sino una secuencia de platos que cambia todos los días, guiada por lo que ofrece el mar y por la inspiración del momento. Cada servicio es distinto, y eso forma parte esencial de la experiencia.
Desde un tiradito de pesca del día con emulsiones cítricas y texturas crujientes, hasta una tartaleta de conchas de abanico con leche de tigre de maracuyá, cada plato está diseñado para sorprender y emocionar. El servicio es cercano, cálido, casi como si uno estuviera cenando en la casa de alguien que cocina con el alma.

Oriental de Mariscos
La propuesta de Sebastián Vega ha comenzado a destacar por mérito propio dentro de la vibrante escena gastronómica limeña. Su enfoque valiente y su forma libre de interpretar la cocina marina han captado la atención de comensales exigentes, colegas del medio y críticos especializados. En un contexto donde muchos optan por fórmulas seguras y repetidas, Piedra se atreve a innovar todos los días. Y esa autenticidad lo convierte en un destino esencial para quienes desean experimentar la cocina peruana contemporánea desde una perspectiva fresca, cambiante y profundamente personal.
Más que un restaurante, Piedra es una declaración de principios. Es una cocina que escucha al mar y responde con sensibilidad; un espacio donde Sebastián Vega y su equipo han encontrado la libertad para crear sin moldes, conectando con los comensales de manera directa, honesta y sin intermediarios. Si estás en Lima y buscas una experiencia gastronómica auténtica, cambiante y profundamente personal, Piedra es una parada obligatoria.